
Llega siempre
a tiempo a tu puesto de trabajo:
Siempre debemos ser puntuales. Llegar tarde a
nuestro lugar de trabajo no solo da muy mala impresión, sino que además puede
significar empezar la mañana corriendo, lo cual podría estropear el resto del
día.
Respira hondo:
Dedica de 5 a 10 minutos a respirar profundamente
antes de ponerte a hacer ninguna tarea en tu puesto de trabajo. Esto te ayudará
a centrarte y a tomar verdadera conciencia de tu actividad durante la mañana.
Por eso es vital que puedas llegar a tu trabajo con el suficiente tiempo para
dedicar esos minutos a esa preparación mental.
Naturalmente, tienes que tener en cuenta que el desayuno es
la comida más importante de todo el día:
Dedica el tiempo necesario a desayunar
adecuadamente antes de afrontar tu jornada laboral. De esta manera estarás
tanto física como mentalmente mucho más activo para todo aquello que te venga a
lo largo de la mañana.
Establece una
lista de prioridades antes de ninguna otra cosa:
Y comienza tu trabajo con todas aquellas tareas
que te parezcan las más importantes. Es probable que muchas mañanas tengas que
arrastrar tareas que se quedaran a medias el día pasado, que pudieran ser más o
menos urgentes, pero intenta comenzar el día con asuntos nuevos y frescos. Eso
le dará a tu jornada un aliciente. Ya tendrás tiempo para abordar esas tareas
acumuladas una vez hayas dejado en marcha los asuntos más importantes del día.
Por supuesto,
planifica esa
lista de tareas y no dejes lugar a ninguna distracción:
Muchos pasan las horas más productivas del día
leyendo listas interminables de e-mails no urgentes, que muchas veces vienen de
la mano de enlaces a videos u otras páginas nada prioritarias que acabamos
viendo, no sin consultar también las noticias o titulares de prensa del día…
A veces, las personas no están especialmente
activas ni receptivas por la mañana. A muchos les cuesta ser persona en las
primeras horas del día. Sin embargo, para lo primero, esa actividad y esa
chispa que nos mueva con determinación pueden despertarse con una dosis extra
de café o té. Y para lo segundo, la irritabilidad y el mal humor matutino
pueden llegar a controlarse y educarse.
Ten
consciencia de cómo te comportas con tus compañeros por la mañana e intenta
transmitir una actitud positiva:
Las primeras horas en el trabajo van a determinar
en gran medida tu actitud para el resto del día.
Esto es especialmente importante si tienes un
puesto de responsabilidad o supervisión de equipo. Tus compañeros van a hacer
lo que vean en ti. Si físicamente estás presente pero no muestras esa presencia
con contactos visuales, conversaciones y muestras de actividad, no esperes que
tu equipo responda de otra manera.
Lo más
importante es lo primero:
Intenta realizar las llamadas más relevantes y
enviar o responder los correos más urgentes en las primeras horas de trabajo.
De este modo, es posible que hayas recibido respuesta a estos antes de
finalizar tu jornada.
Prioriza:
Piensa que tu capacidad mental está en óptimas
condiciones en las primeras horas del día. Optimiza esas horas realizando las
tareas más importantes, as que te llevan a los mejores resultados. Ya tendrás
tiempo a lo largo de todo el resto del día para hacer aquellas otras cosas
menos relevantes.
Puedes
proporcionarle a tu cerebro ejercicios mentales,
con una serie de pautas tan simples como coger el
teléfono con la otra mano o sentarte en otra silla. Cambiar de alguna manera tu
ubicación de vez en cuando, te va a ayudar a aprender a desarrollar tus tareas
desde diferentes perspectivas. Y cuando te habitúes a ello, estarás aumentando
tu capacidad cerebral, tu productividad o tu concentración.
Intenta
realizar al menos una pausa a mitad de mañana:
Antes de que pierdas tu “momentum productivo”, una
buena pausa de unos minutos te revitalizará y facilitará que afrontes el resto
de la mañana prácticamente al mismo ritmo que las horas previas. Además, esa
pausa te ayudará a mantener visualizados tus objetivos del día.
Para muchos de nosotros, ser activos, positivos y
productivos en las primeras horas de la mañana, puede resultar un verdadero
desafío. Pero merece la pena hacer un pequeño esfuerzo y adoptar una actitud
positiva desde que salimos de casa si con ello podemos mejorar el resultado
final de todo nuestro dia.